Hace varios años empezó a tomar vigencia la tendencia a dirigir “por objetivos”. Se entendía que si cada empleado recibía objetivos alineados con los objetivos de la compañía, si estos cumplían con los objetivos asignados, la compañía también lo haría. Ese estilo gerencial dio buenos dividendos, aunque pronto se vió que era insuficiente. Con frecuencia el personal no puede lograr los objetivos porque los procesos establecidos por la empresa no lo permitían. Es entonces que surgió la “Dirección por Proyectos”. Eran los proyectos los que tenían que estar alineados con los objetivos corporativos, y el foco estaba puesto en que los proyectos cumplieran con sus objetivos. Si estos se cumplían, también se cumplían los de la empresa.
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